¿Son seguros los mariscos durante el embarazo? Cuáles evitar y cómo disfrutarlos con precaución

Recuerdo perfectamente aquel día durante mi primer trimestre con Lucas. Estábamos celebrando el cumpleaños de mi suegra en un restaurante frente al mar en El Perelló, a las afueras de Valencia, y cuando trajeron aquella paella de mariscos que tanto me gustaba antes del embarazo, me quedé paralizada. ¿Podría comerla? ¿Serían seguros los mariscos ahora que estaba embarazada? Como muchas futuras mamás, me asaltaron mil dudas sobre lo que podía o no podía comer. Después de tres embarazos y numerosas consultas con mi ginecóloga, la Dra. Navarro, y mi matrona Pilar del centro de salud de Benimaclet, he aprendido bastante sobre el consumo de mariscos durante la gestación y quiero compartirlo con vosotras.

¿Qué dice la ciencia actual sobre el consumo de mariscos durante el embarazo?

La respuesta sobre los mariscos en el embarazo no es un simple sí o no. Como me explicó la Dra. Navarro durante mi primera consulta prenatal con Lucas: «Isabella, con los mariscos durante el embarazo hay que diferenciar entre tipos, formas de preparación y cantidades. No todos presentan los mismos riesgos ni beneficios.»

Los principales aspectos a considerar con los mariscos durante el embarazo son:

  1. Contenido de mercurio: A diferencia de pescados grandes como el pez espada o el atún rojo, la mayoría de los mariscos contienen niveles bajos de mercurio, lo que los hace más seguros desde esta perspectiva.
  1. Riesgo de contaminación bacteriana y parasitaria: Especialmente si se consumen crudos o poco cocinados.
  1. Aporte nutricional: Los mariscos son fuentes excelentes de proteínas, yodo, selenio, zinc y vitamina B12, todos importantes durante el embarazo.

Como aprendí a lo largo de mis tres embarazos, la clave está en saber qué tipos elegir y cómo prepararlos adecuadamente para minimizar los riesgos y aprovechar sus beneficios nutricionales.

Tipos de mariscos y su seguridad durante el embarazo

No todos los mariscos presentan el mismo nivel de riesgo durante el embarazo. Basándome en lo que aprendí con la Dra. Navarro y mi propia experiencia, aquí os detallo los principales:

Mariscos generalmente seguros (bien cocinados):

  • Gambas y langostinos: Bajos en mercurio y nutritivos cuando están bien cocinados. Durante mi embarazo con Emma, las gambas a la plancha bien hechas eran mi capricho ocasional.
  • Mejillones, almejas y berberechos: Excelentes fuentes de hierro y zinc, seguros si están completamente abiertos y bien cocinados. Con Mateo, las almejas a la marinera (asegurándome de que el alcohol se evaporara completamente) fueron mi plato favorito en el segundo trimestre.
  • Calamares y sepias: Bajos en mercurio y ricos en proteínas. Los calamares a la romana o la sepia a la plancha bien cocinados eran opciones que incluía ocasionalmente con los tres embarazos.
  • Cangrejo y bogavante: Seguros si están bien cocinados, aunque por su precio los consumía solo en ocasiones especiales, como cuando cumplí 6 meses de embarazo con Lucas y Miguel me preparó un arroz con bogavante.

Mariscos que deben limitarse:

  • Langosta: Aunque es segura bien cocinada, tiene niveles de mercurio ligeramente más altos que otros mariscos. Durante mis embarazos la consumí muy ocasionalmente.
  • Cangrejo real: Contiene niveles moderados de mercurio, por lo que es mejor limitarlo a una ración ocasional.

Mariscos que deben evitarse:

  • Cualquier marisco crudo o poco cocinado: Ostras crudas, almejas al vapor insuficientemente cocinadas, ceviche, sushi de marisco, etc. Durante mis tres embarazos evité completamente estos alimentos por recomendación expresa de la Dra. Navarro.
  • Marisco ahumado refrigerado: Como el salmón ahumado, a menos que se cocine posteriormente (como en una quiche), por el riesgo de listeriosis.

Recuerdo que durante mi embarazo con Emma, en una cena familiar, mi suegra insistió en que probara unas ostras frescas que había traído especialmente para la ocasión. Tuve que explicarle amablemente que, aunque me encantaban, durante el embarazo era mejor evitarlas por completo. Entendió perfectamente y me preparó en su lugar unas gambas al ajillo bien cocinadas.

Riesgos asociados al consumo de mariscos durante la gestación

Los principales riesgos del consumo de mariscos durante el embarazo son:

  1. Infecciones bacterianas y parasitarias: Los mariscos, especialmente cuando se consumen crudos o poco cocinados, pueden contener bacterias como Vibrio, Salmonella o parásitos como Anisakis. Durante el embarazo, nuestro sistema inmunológico está naturalmente suprimido, lo que nos hace más vulnerables a estas infecciones.
  1. Listeriosis: Causada por la bacteria Listeria monocytogenes, que puede estar presente en mariscos ahumados refrigerados. Esta infección puede ser particularmente peligrosa durante el embarazo, ya que puede provocar aborto espontáneo, parto prematuro o infección grave en el recién nacido.
  1. Mercurio: Aunque la mayoría de los mariscos contienen niveles bajos, el consumo excesivo o de ciertas especies con niveles más altos podría suponer un riesgo para el desarrollo neurológico del bebé.
  1. Alergias: Si tienes antecedentes de alergia a mariscos, el embarazo no es momento para experimentar, ya que algunas reacciones alérgicas pueden ser más graves durante este período.

Durante mi segundo embarazo, una amiga del grupo «Madres Unidas Valencia» tuvo una intoxicación por consumir almejas insuficientemente cocinadas, lo que reforzó mi decisión de ser extremadamente cuidadosa con la cocción de todos los mariscos que consumía.

Beneficios nutricionales de los mariscos bien cocinados

A pesar de los riesgos mencionados, los mariscos bien cocinados ofrecen importantes beneficios nutricionales durante el embarazo:

  1. Alto contenido proteico: Fundamentales para el desarrollo de los tejidos del bebé y los cambios en el cuerpo materno.
  1. Yodo: Esencial para la función tiroidea materna y el desarrollo neurológico del bebé. Los mariscos, especialmente los moluscos, son excelentes fuentes de este mineral.
  1. Selenio: Un mineral con propiedades antioxidantes que contribuye al desarrollo adecuado de la placenta.
  1. Zinc: Importante para el sistema inmunológico y el desarrollo celular del bebé.
  1. Vitamina B12: Necesaria para la formación de glóbulos rojos y el desarrollo neurológico.
  1. Ácidos grasos omega-3: Aunque en menor cantidad que en pescados grasos, algunos mariscos aportan estos ácidos grasos esenciales para el desarrollo cerebral y visual del bebé.

Durante mi embarazo con Mateo, cuando mis análisis del segundo trimestre mostraron niveles ligeramente bajos de hierro, Silvia, mi nutricionista, me recomendó incluir mejillones bien cocinados una vez por semana, ya que son una de las mejores fuentes de hierro biodisponible.

¿Cómo consumir mariscos de forma segura durante el embarazo?

Basándome en mi experiencia personal y en las recomendaciones de profesionales, os comparto las mejores prácticas para incluir mariscos durante el embarazo:

  • Asegúrate de que estén completamente cocinados: Los mariscos deben estar opacos y firmes, los moluscos como mejillones y almejas deben estar completamente abiertos, y la temperatura interna debe alcanzar al menos 63°C.
  • Evita completamente los mariscos crudos o poco cocinados: Nada de ostras crudas, ceviche, sushi o mariscos al vapor que no estén completamente hechos.
  • Compra en establecimientos de confianza: Asegúrate de que el marisco esté fresco y haya sido manipulado y conservado adecuadamente. En Valencia tenemos la suerte de contar con mariscos frescos de gran calidad, y durante mis embarazos siempre compraba en el mercado central o en pescaderías de confianza.
  • Consume con moderación: Incluso los mariscos seguros es mejor consumirlos como parte de una dieta variada, no más de 2-3 veces por semana.
  • Ten especial cuidado con la contaminación cruzada: Usa utensilios y tablas diferentes para mariscos crudos y otros alimentos, y lávate bien las manos después de manipularlos.
  • Si comes fuera de casa: No dudes en preguntar cómo están preparados los platos y pide que tu porción esté bien cocinada. Durante mi embarazo con Emma, en un restaurante pedí específicamente que mi paella estuviera «bien pasada» para asegurarme de que todos los mariscos estuvieran completamente cocinados.

Durante mi embarazo con Mateo, desarrollé una rutina que me funcionaba bien: compraba mejillones frescos los viernes y los preparaba al vapor con un poco de vino blanco (asegurándome de que el alcohol se evaporara completamente), limón y perejil. Los cocinaba hasta que todos estaban completamente abiertos y los disfrutábamos en familia como aperitivo de fin de semana.

Errores comunes sobre los mariscos durante el embarazo

Durante mis tres embarazos y en conversaciones con otras madres, he identificado varios malentendidos frecuentes:

  1. «Todos los mariscos son peligrosos durante el embarazo»: Falso. Los mariscos bien cocinados y bajos en mercurio son seguros y nutritivos.
  1. «El limón ‘cocina’ los mariscos y los hace seguros»: Incorrecto. La acidez del limón puede cambiar la textura pero no elimina bacterias ni parásitos de forma efectiva.
  1. «Los mariscos congelados no son nutritivos»: Los mariscos congelados correctamente mantienen gran parte de su valor nutricional y, de hecho, la congelación puede ayudar a eliminar algunos parásitos.
  1. «Una vez cocinados, los mariscos se pueden conservar a temperatura ambiente»: Peligroso. Los mariscos cocinados deben refrigerarse rápidamente y consumirse en 1-2 días.
  1. «Los mariscos de restaurantes de lujo son siempre seguros»: No necesariamente. Lo importante es cómo están cocinados, no dónde los consumas.

Recuerdo una conversación con Elena, una mamá primeriza de mi grupo, que creía que todos los mariscos estaban prohibidos durante el embarazo y se había privado de ellos durante meses. Le expliqué lo que había aprendido sobre los tipos seguros y las formas de preparación adecuadas, y se sintió aliviada de poder incluir ocasionalmente estos alimentos nutritivos en su dieta.

¿Qué hacer si has consumido mariscos de riesgo durante el embarazo?

Si estás embarazada y has consumido mariscos crudos o poco cocinados sin conocer los riesgos, no entres en pánico. Esto es lo que me aconsejó la Dra. Navarro cuando le conté que había comido mejillones al vapor que podrían no haber estado completamente abiertos durante las primeras semanas de embarazo con Lucas:

  • Observa si aparecen síntomas como náuseas (diferentes a las típicas del embarazo), vómitos, diarrea, fiebre o dolor abdominal en los días siguientes.
  • Si presentas alguno de estos síntomas, contacta inmediatamente con tu médico o acude a urgencias, informando específicamente qué has consumido.
  • Incluso sin síntomas, es recomendable comentarlo en tu próxima visita prenatal para que tu médico esté informado.
  • La mayoría de las veces no ocurre nada, pero es mejor estar alerta.

Recuerdo que con Lucas tuve un susto porque había comido una paella con mariscos justo antes de descubrir que estaba embarazada. Afortunadamente, no tuve ningún síntoma ni complicación, pero la ansiedad que sentí me enseñó a ser mucho más cuidadosa en mis siguientes embarazos.

Los mariscos según el trimestre de embarazo

La relevancia de los mariscos puede variar según la etapa del embarazo:

  • Primer trimestre: Es el período más crítico para el desarrollo de órganos del bebé. Las infecciones alimentarias en esta etapa pueden tener consecuencias más graves. Fui especialmente cautelosa durante esta fase en todos mis embarazos, limitando incluso los mariscos bien cocinados a ocasiones puntuales.
  • Segundo trimestre: Los requerimientos de hierro y proteínas aumentan significativamente. Los mejillones y otros mariscos bien cocinados pueden ser especialmente valiosos en esta etapa. Con Emma, incluía mejillones al vapor bien cocinados aproximadamente una vez por semana durante este trimestre.
  • Tercer trimestre: El desarrollo cerebral del bebé continúa intensamente, por lo que los nutrientes de los mariscos siguen siendo beneficiosos. Con Mateo, mantuve el consumo ocasional de mariscos bien cocinados hasta el final del embarazo.

Durante mi embarazo con Emma, que coincidió con el verano, disfrutaba especialmente de una ensalada templada de gambas bien cocidas con aguacate y mango en el tercer trimestre. Era refrescante en los calurosos días valencianos y aportaba proteínas y nutrientes importantes.

Recetas seguras con mariscos para embarazadas

Os comparto algunas de mis recetas favoritas con mariscos que disfruté durante mis embarazos:

  • Mejillones al vapor con vino blanco y hierbas: Asegurándome de que el alcohol se evaporara completamente y todos los mejillones estuvieran bien abiertos. Era nuestro aperitivo de fin de semana durante el embarazo con Mateo.
  • Gambas al ajillo bien hechas: Un clásico español que disfrutaba ocasionalmente durante mi embarazo con Emma, asegurándome de que las gambas estuvieran completamente rosadas y opacas.
  • Arroz caldoso con calamares y verduras: Una versión más ligera del tradicional arroz a banda valenciano, donde los calamares se cocinaban completamente. Un plato reconfortante durante el invierno con Lucas.
  • Almejas a la marinera: Cocinadas hasta que todas estuvieran completamente abiertas, desechando cualquiera que permaneciera cerrada. Un capricho ocasional durante el segundo trimestre con Mateo.
  • Ensalada templada de gambas y aguacate: Las gambas bien cocidas combinadas con aguacate, tomate y un aliño de limón y aceite de oliva. Refrescante y nutritiva durante el verano con Emma.
  • Fideuà de mariscos bien cocinada: Asegurándome de que todos los mariscos estuvieran completamente hechos. Un plato de fin de semana que toda la familia disfrutaba durante mi embarazo con Lucas.

Durante mi embarazo con Emma, recuerdo que Miguel aprendió a preparar unos calamares rellenos de arroz y verduras que estaban deliciosos y eran completamente seguros porque se cocinaban durante mucho tiempo. Era su manera de mimarme y asegurarse de que disfrutaba de comida sabrosa pero segura.

Conclusión: disfrutar de los mariscos con conocimiento y precaución

Después de tres embarazos, puedo decir que los mariscos no tienen por qué estar completamente prohibidos durante la gestación. Bien seleccionados y adecuadamente cocinados, pueden ser parte de una dieta equilibrada y aportar nutrientes valiosos para el desarrollo del bebé.

La clave está en:

  • Elegir mariscos bajos en mercurio
  • Asegurarse de que estén completamente cocinados
  • Consumirlos con moderación (2-3 veces por semana como máximo)
  • Comprarlos en establecimientos de confianza
  • Evitar completamente los crudos o poco cocinados

Con Lucas fui quizás demasiado restrictiva por miedo e inexperiencia, evitando casi por completo los mariscos durante todo el embarazo. Con Emma ya tenía más información y comencé a incluir ocasionalmente mariscos bien cocinados, especialmente en el segundo y tercer trimestre. Y con Mateo, mi tercer embarazo, tenía el conocimiento y la confianza para disfrutar con tranquilidad de mariscos seguros como parte de mi alimentación variada.

Como siempre digo, cada embarazo es un mundo, pero espero que mi experiencia con Lucas, Emma y el pequeño Mateo te sirva de guía. Ahora que Mateo está creciendo y explorando nuevos sabores, estamos introduciendo gradualmente pequeñas cantidades de pescado y, eventualmente, mariscos bien cocinados en su dieta.

¿Has tenido dudas sobre el consumo de mariscos durante tu embarazo? ¿Cómo has gestionado los antojos de estos alimentos? Cuéntame en los comentarios, ¡siempre aprendo tanto de vosotras!

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