¿Cómo calmar a un bebé que se despierta por la noche? Técnicas efectivas para recuperar el sueño

Isabella Rodrigues

Hola a todas, soy Isabella García Martínez, y hoy quiero hablar de esos momentos que todas las madres conocemos bien: las 3 de la madrugada, el bebé llorando, y tú con los ojos apenas abiertos intentando recordar tu propio nombre. Con mis tres pequeños he pasado incontables noches en vela, y aunque cada uno ha sido un mundo diferente, he aprendido técnicas que realmente funcionan para calmar a un bebé que se despierta por la noche.

¿Por qué se despiertan los bebés durante la noche?

Cuando Lucas era pequeño, recuerdo llamar desesperada a mi madre a las 4 de la madrugada preguntándole por qué mi bebé no dormía como los de las revistas. La Dra. Fernández, nuestra pediatra en Valencia, me explicó que los despertares nocturnos son completamente normales y pueden deberse a:

  • Hambre: Especialmente en los primeros meses, el estómago pequeño necesita alimentación frecuente
  • Ciclos de sueño: Los bebés tienen ciclos más cortos y despiertan entre ellos
  • Incomodidad: Pañal mojado, demasiado calor o frío
  • Desarrollo: Saltos evolutivos, dentición o nuevas habilidades
  • Necesidad de contacto: Buscan la seguridad de sentir a sus padres cerca

Con Emma descubrí que muchos de sus despertares coincidían con saltos evolutivos. Justo cuando empezaba a aprender algo nuevo (darse la vuelta, sentarse), su sueño se alteraba completamente.

7 Técnicas efectivas para calmar a un bebé durante la noche en 2023

1. El método de respuesta gradual

Con Mateo, mi bebé de 3 meses, estamos aplicando esta técnica que equilibra la respuesta a sus necesidades con el fomento de su autonomía:

  • Esperar unos momentos antes de acudir (10-15 segundos)
  • Comenzar con intervenciones mínimas (una mano en el pecho, un «shhh» suave)
  • Aumentar gradualmente el consuelo si es necesario
  • Evitar luces brillantes o estimulación excesiva

Durante el primer mes con Mateo, que nació algo prematuro, acudíamos inmediatamente. Ahora estamos aprendiendo a darle esos breves momentos para autorregularse.

2. La técnica de contención reconfortante

Aplicando lo que aprendí como maestra sobre el desarrollo neurológico infantil, la contención física puede ser muy calmante:

  • Envolver al bebé suavemente (si es menor de 2-3 meses y aún no se da la vuelta)
  • Sostener firmemente pero con suavidad
  • Colocar una mano en el pecho y otra en la frente
  • Aplicar una presión suave y constante

Con Emma, que era extremadamente sensible, esta técnica funcionaba como magia cuando se despertaba sobresaltada.

3. Ruido blanco estratégico

El ruido blanco ha sido nuestro salvador, especialmente viviendo cerca de Jardines del Real en Valencia, donde a veces hay ruidos nocturnos:

  • Mantenerlo a un volumen similar al de un susurro
  • Colocarlo a cierta distancia de la cuna (no justo al lado)
  • Mantenerlo constante toda la noche (no solo para dormir)
  • Elegir sonidos que imiten el útero: latidos, «shhh», lluvia suave

Para Lucas compramos un aparato específico, pero con Mateo usamos una aplicación en un viejo móvil que dejamos en modo avión.

4. Alimentación nocturna optimizada

Como siempre digo a las madres en mi grupo «Madres Unidas Valencia», la alimentación nocturna puede ser más eficiente:

  • Mantener las luces muy tenues (luz roja o ámbar si es posible)
  • Evitar hablar o estimular al bebé
  • Alimentar en posición semi-vertical para reducir gases
  • Cambiar el pañal solo si es necesario, antes de la toma

Con Mateo, que estoy amamantando, he aprendido a alimentarlo medio dormida en posición acostada, lo que nos permite a ambos volver a dormir más rápidamente.

5. Técnica de contacto mínimo

En teoría perfecto, en la práctica… complicado. Con Lucas descubrimos esta técnica cuando tenía unos 5 meses:

  • Acudir cuando llora, pero sin sacarlo de la cuna
  • Acariciar suavemente su espalda o cabeza
  • Hablar en tono muy bajo y monótono
  • Retirar gradualmente el contacto cuando se calma
  • Salir de la habitación cuando está somnoliento pero aún despierto

Miguel es mucho mejor que yo con esta técnica. Tiene una paciencia infinita para quedarse junto a la cuna de Mateo acariciándole la cabecita.

6. Recuperación del sueño con porteo nocturno

Para noches especialmente difíciles, el porteo puede ser una solución temporal:

  • Usar un portabebés cómodo que permita posición vertical
  • Moverse suavemente, con balanceo rítmico
  • Mantener la luz al mínimo
  • Transferir al bebé a su cuna una vez profundamente dormido

Recuerdo una noche terrible cuando Emma tenía 7 meses y le estaban saliendo los dientes. Después de dos horas intentando calmarla, la puse en el portabebés y se durmió en 5 minutos.

7. Restablecimiento de asociaciones positivas con el sueño

Con Emma, que desarrolló ansiedad por separación alrededor de los 9 meses, creamos asociaciones positivas con su cuna:

  • Objeto de transición (mantita o peluche seguro)
  • Rutina breve pero consistente para volver a dormir
  • Frases tranquilizadoras repetidas cada noche
  • Presencia gradualmente reducida

Cómo adaptar las técnicas según la edad del bebé

Esta es una pregunta que me hacen mucho en el blog, y es fundamental entender que las necesidades cambian:

0-3 meses (como Mateo ahora):

  • Respuesta rápida a todas las llamadas
  • Contacto físico frecuente
  • Alimentación a demanda, incluso por la noche
  • Técnicas de contención y balanceo

4-6 meses:

  • Posible introducción de auto-calmado con apoyo
  • Rutina nocturna más establecida
  • Reducción gradual de alimentaciones nocturnas (consultando con pediatra)
  • Mayor atención a las señales de sueño durante el día

7-12 meses:

  • Mayor énfasis en consistencia
  • Introducción de objeto transicional
  • Manejo de la ansiedad por separación
  • Reducción gradual de intervenciones

Ahora en verano, con Lucas en vacaciones, mantenemos la consistencia en las respuestas nocturnas a Mateo aunque los horarios diurnos sean más flexibles.

Errores comunes al intentar calmar a un bebé por la noche y cómo evitarlos

Con mis tres hijos he cometido todos estos errores en algún momento:

1. Sobreestimulación nocturna

Con Lucas, mi primer error fue encender todas las luces, hablarle animadamente y hasta jugar con él cuando se despertaba. Aprendí que:

  • La luz brillante suprime la melatonina
  • La interacción social estimula el cerebro
  • El juego activa el sistema nervioso

Ahora con Mateo mantengo las interacciones nocturnas al mínimo: luz tenue, voz baja, movimientos lentos.

2. Inconsistencia en las respuestas

Con Emma caímos en la trampa de probar algo diferente cada noche:

  • Un día la mecíamos
  • Al siguiente la dejábamos llorar
  • Luego dormía en nuestra cama
  • Después intentábamos que volviera a su cuna

Esta inconsistencia solo aumentó su confusión. Con Mateo intentamos mantener respuestas similares cada noche.

3. Crear dependencias difíciles de mantener

Durante una noche desesperada con Lucas, descubrí que se dormía instantáneamente con el secador de pelo. El problema: necesitaba el secador funcionando 20 minutos cada vez que se despertaba.

Es importante preguntarse: «¿Puedo mantener esto a las 3 AM durante los próximos meses?»

4. Ignorar causas médicas subyacentes

Cuando Mateo tenía 6 semanas, notamos que se despertaba gritando y arqueando la espalda. En lugar de simplemente intentar calmarlo, consultamos con la Dra. Fernández, quien diagnosticó reflujo.

Siempre hay que descartar:

  • Reflujo gastroesofágico
  • Alergias o intolerancias
  • Otitis u otras infecciones
  • Problemas respiratorios

5. Olvidar el autocuidado

Mi mayor error con Lucas fue intentar hacerlo todo yo sola. Con Emma y Mateo, Miguel y yo nos turnamos:

  • Noches alternas para despertares
  • «Noches de descanso» para cada uno una vez por semana
  • Siestas compensatorias durante el día

Durante las mañanas cuando llevo a Emma a la escuela mientras cargo a Mateo en el portabebés, Miguel se queda con Lucas. Estos pequeños respiros son fundamentales.

¿Qué dice la pediatría actual sobre el manejo de los despertares nocturnos?

La Dra. Fernández siempre me recuerda que las recomendaciones han cambiado mucho en los últimos años:

  • Se desaconseja el «dejar llorar» en bebés menores de 6 meses
  • Se reconoce la importancia del contacto y la respuesta sensible
  • Se valora la lactancia nocturna como parte normal del desarrollo
  • Se enfatiza la seguridad del sueño sobre cualquier método

Según el libro «Dormir sin lágrimas» del Dr. Rosa Jové, que consulto frecuentemente, los despertares nocturnos son una parte normal del desarrollo infantil y no un problema a «solucionar».

Cómo afecta el temperamento del bebé a la efectividad de las técnicas

Como antigua maestra, siempre me ha fascinado cómo el temperamento innato influye en todo:

  • Bebés de alta sensibilidad (como Emma): Responden mejor a enfoques muy suaves y graduales, se sobreestimulan fácilmente
  • Bebés de alta intensidad (como Lucas): Necesitan intervenciones más firmes y consistentes
  • Bebés adaptables (como Mateo): Responden bien a una variedad de técnicas, se recuperan rápidamente

Conocer el temperamento de tu bebé te ayuda a elegir las técnicas más efectivas y a tener expectativas realistas.

Técnicas para que los padres recuperen el sueño perdido

Esta sección es tan importante como las técnicas para el bebé. Con Mateo estamos aplicando lo que aprendimos dolorosamente con los otros dos:

  • Turnos de sueño: Miguel se encarga de Mateo hasta la 1 AM, yo desde entonces
  • Micro-siestas: 20 minutos pueden marcar la diferencia en tu día
  • Simplificar responsabilidades: Durante la fase de sueño fragmentado, reducir expectativas
  • Aceptar ayuda: Mi madre viene dos tardes por semana para que pueda descansar
  • Técnicas de relajación rápida: He aprendido a volver a dormir en minutos después de atender a Mateo

Recuerdo que con Lucas estaba tan agotada que una mañana puse la leche en el armario y los cereales en la nevera. El agotamiento es real y peligroso.

Como siempre digo, cada niño es un mundo, pero espero que mi experiencia con Lucas, Emma y el pequeño Mateo te sirva de guía. Las noches interrumpidas son una fase, aunque a veces parezca que no tendrán fin.

Próximamente os contaré cómo estamos manejando el proceso de consolidación del sueño ahora que Mateo está entrando en su cuarto mes. Por cierto, Emma, que siempre fue nuestra peor dormilona, ahora duerme 11 horas seguidas y se despierta cantando. ¡Hay luz al final del túnel!

Cuéntame en los comentarios qué técnicas han funcionado con tus pequeños, ¡siempre aprendo tanto de vosotras! Y si estás leyendo esto a las 3 de la madrugada con un bebé en brazos, recuerda que no estás sola, todas hemos estado ahí, y aunque parezca imposible ahora, algún día dormirás de nuevo.

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