Esta semana, mi pequeño Mateo amaneció con varios episodios de diarrea que me recordaron esos momentos de angustia que toda madre conoce bien. A pesar de ser mi tercer hijo, esa primera deposición líquida siempre dispara todas mis alarmas maternales. La diarrea en bebés es uno de esos problemas frecuentes que nos preocupan enormemente, especialmente porque los más pequeños pueden deshidratarse rápidamente. Después de siete años criando a mis tres hijos en Valencia, he aprendido a distinguir cuándo es algo pasajero y cuándo requiere atención médica urgente, además de dominar las estrategias para manejarla en casa.
¿Qué se considera diarrea en un bebé? No toda deposición blanda lo es
Como siempre digo a las madres en mi grupo «Madres Unidas Valencia», lo primero es saber identificar correctamente qué es diarrea y qué es normal. Según nos explicó el Dr. Fernández, pediatra que ha seguido a mis tres hijos:
- En bebés amamantados: Las deposiciones normalmente son más líquidas, amarillentas y frecuentes (hasta 8-10 al día en recién nacidos), y no se consideran diarrea.
- En bebés con fórmula: Las heces suelen ser más consistentes y menos frecuentes (2-4 al día).
- Se considera diarrea cuando: Las deposiciones son notablemente más líquidas de lo habitual para ese bebé, con mayor frecuencia, y posiblemente con cambios en el color, olor o presencia de moco o sangre.
Con Lucas, mi primogénito, recuerdo mi confusión durante sus primeras semanas. Como madre primeriza, llamaba al pediatra por cada deposición líquida, hasta que aprendí a distinguir sus patrones normales. Con Mateo, que está exclusivamente amamantado, sus deposiciones habituales son muy diferentes a las de Emma cuando tomaba fórmula.
Las 8 causas más comunes de diarrea en bebés: Identificando el origen
Durante estos años, nos hemos enfrentado a diferentes tipos de diarrea con mis tres hijos. Estas son las causas más frecuentes según nuestra experiencia y lo que hemos aprendido de los profesionales:
1. Infecciones virales: La causa más frecuente
Los virus son responsables de la mayoría de los episodios de diarrea en bebés, especialmente:
- Rotavirus: Muy contagioso y común en guarderías y entornos infantiles
- Norovirus: Causa gastroenteritis aguda, a menudo con vómitos intensos
- Adenovirus: Puede causar diarrea junto con síntomas respiratorios
Cuando Lucas tenía 10 meses, toda la familia enfermamos con rotavirus. Fue una semana agotadora, pero él se recuperó más lentamente que nosotros. La guardería se convirtió en un foco de contagio ese invierno.
2. Infecciones bacterianas: Menos comunes pero más graves
Bacterias como Salmonella, E. coli o Campylobacter pueden causar diarrea más persistente, a menudo con sangre o moco, y generalmente acompañada de fiebre alta.
Emma tuvo una infección por Campylobacter a los 2 años tras una comida familiar. El pediatra nos explicó que probablemente fue por contaminación cruzada en la cocina con pollo mal manipulado.
3. Intolerancia o alergia alimentaria: Un desencadenante frecuente
- Alergia a la proteína de leche de vaca (APLV): Puede manifestarse con diarrea crónica o episódica
- Intolerancia a la lactosa: Especialmente después de una gastroenteritis (intolerancia secundaria)
- Sensibilidad al gluten: En bebés que ya han iniciado alimentación complementaria
Lucas fue diagnosticado con APLV a los 3 meses, y uno de sus principales síntomas eran deposiciones diarreicas con moco y a veces hilos de sangre. Mejoró drásticamente al cambiar a una fórmula extensamente hidrolizada.
4. Dentición: Un mito con algo de verdad
Aunque muchos pediatras descartan la relación entre dentición y diarrea, muchas madres (yo incluida) hemos observado deposiciones más blandas durante la erupción dental.
Con Emma fue clarísimo: cada vez que le salía un diente, sus deposiciones se volvían más líquidas durante 2-3 días. El Dr. Fernández nos explicó que podría deberse al exceso de saliva que tragan durante este proceso.
5. Cambios en la alimentación: Transiciones digestivas
- Introducción de nuevos alimentos: Especialmente frutas como ciruelas o peras
- Cambios en la fórmula: Al pasar de un tipo de leche a otra
- Cambios en la dieta materna: Si el bebé está siendo amamantado
Cuando introduje el puré de pera en la alimentación de Mateo hace unas semanas, sus deposiciones se volvieron mucho más líquidas durante varios días hasta que su sistema digestivo se adaptó.
6. Uso de antibióticos: Alteración de la flora intestinal
Los antibióticos eliminan tanto bacterias dañinas como beneficiosas, alterando el equilibrio intestinal y provocando diarrea.
Lucas desarrolló diarrea durante un tratamiento con amoxicilina por una otitis. Nuestro pediatra nos recomendó probióticos específicos para niños, que ayudaron a restaurar su flora intestinal.
7. Parasitosis: Menos frecuentes pero a considerar
Parásitos como la Giardia lamblia pueden causar diarrea persistente, especialmente en niños que asisten a guardería o que han viajado a ciertas zonas.
Una compañera de guardería de Emma fue diagnosticada con giardiasis, y aunque nosotros no llegamos a contagiarnos, estuvimos en alerta durante semanas observando sus deposiciones.
8. Intoxicación alimentaria: En bebés con alimentación complementaria
Alimentos en mal estado o incorrectamente manipulados pueden causar episodios agudos de diarrea, a menudo acompañados de vómitos.
Durante una excursión a la Albufera el verano pasado, Lucas (que ya tiene 7 años) desarrolló diarrea tras comer un bocadillo que había estado varias horas sin refrigerar en un día caluroso de agosto valenciano.
Señales de alarma: ¿Cuándo debo llevar a mi bebé al médico urgentemente?
Esta es la pregunta del millón que todas las madres nos hacemos. Basándome en mi experiencia y en las indicaciones del Dr. Fernández, estas son las señales que requieren atención médica inmediata:
Signos de deshidratación:
- Menos pañales mojados: Menos de 4-6 pañales diarios
- Ausencia de lágrimas al llorar: Especialmente significativo en bebés mayores de 2 meses
- Boca y labios secos: La saliva se vuelve espesa o está ausente
- Fontanela hundida: La «mollera» se nota más hundida de lo normal
- Somnolencia excesiva o irritabilidad: Cambios notables en el comportamiento
- Piel que no recupera su forma al pellizcarla: Signo de deshidratación avanzada
Cuando Mateo tuvo su primer episodio de diarrea hace dos meses, noté que llevaba horas sin mojar el pañal y que estaba más apático de lo normal. No dudé en llevarlo a urgencias, donde le hidrataron y monitorizaron durante unas horas.
Características de la diarrea que requieren atención urgente:
- Sangre en las heces: Especialmente si es abundante o de color rojo brillante
- Diarrea muy frecuente: Más de 8-10 deposiciones en 24 horas
- Diarrea con fiebre alta: Superior a 38,5°C en menores de 3 meses o 39°C en mayores
- Diarrea persistente: Más de 2 semanas sin mejoría
- Vómitos incoercibles: Que impiden la rehidratación oral
- Dolor abdominal intenso: Especialmente si el bebé lleva las piernas hacia el abdomen y llora inconsolablemente
Emma, con 18 meses, presentó deposiciones con sangre y moco durante una gastroenteritis. La pediatra de urgencias nos explicó que podía tratarse de una colitis inflamatoria por la infección y requirió tratamiento específico.
Tratamiento de la diarrea en bebés: ¿Qué puedo hacer en casa?
Durante estos años he perfeccionado algunas estrategias para manejar los episodios leves de diarrea en casa:
Lo más importante: Prevenir la deshidratación
- Lactancia materna a demanda: Si el bebé está amamantado, ofrecer el pecho con más frecuencia
- Solución de rehidratación oral (SRO): Fundamental en bebés con fórmula o que ya toman otros alimentos
- Administración correcta: En pequeñas cantidades pero frecuentes (5-10 ml cada 5-10 minutos si hay vómitos)
Con Lucas aprendí la técnica de administrar la SRO con jeringa, gota a gota en el lateral de la boca, cuando rechazaba el biberón durante una gastroenteritis severa.
Alimentación durante la diarrea: ¿Dieta blanda o normal?
Las recomendaciones han cambiado mucho desde que era niña:
- No ayuno prolongado: Contrariamente a lo que me enseñó mi madre, hoy se recomienda reanudar la alimentación normal lo antes posible
- Lactancia materna: Mantenerla sin restricciones
- Fórmula habitual: No es necesario diluirla ni cambiarla (salvo indicación médica)
- Alimentación complementaria: Preferir alimentos astringentes como arroz, zanahoria cocida, plátano maduro o manzana rallada oxidada (la famosa «dieta BRAT» en inglés)
Con Emma, que siempre ha sido la más delicada para comer, descubrí que el puré de zanahoria y arroz era aceptado incluso durante episodios de diarrea. Lo complementaba con pequeñas cantidades de pollo hervido desmenuzado cuando mejoraba.
Probióticos: ¿Son realmente útiles?
Basándome en nuestra experiencia y la evidencia científica actual:
- Lactobacillus rhamnosus GG y Saccharomyces boulardii: Son los más estudiados y efectivos en diarrea infantil
- Formato adecuado: Existen presentaciones específicas para bebés (gotas, sobres)
- Momento óptimo: Iniciarlos al primer síntoma y mantenerlos varios días después de la resolución
Con Mateo utilizamos probióticos recomendados por nuestro pediatra desde el primer día de diarrea, y notamos que la duración del episodio fue menor que en experiencias anteriores con sus hermanos.
Lo que NO debemos hacer:
- NO automedicar con antidiarreicos: Están contraindicados en niños pequeños
- NO ofrecer bebidas azucaradas o zumos: Pueden empeorar la diarrea
- NO forzar la alimentación: Respetar el apetito del bebé, priorizando la hidratación
- NO usar remedios caseros sin consultar: Algunos pueden ser perjudiciales
Una vecina me recomendó dar agua de arroz a Lucas durante un episodio de diarrea cuando era bebé. Aunque es un remedio tradicional, nuestro pediatra nos explicó que no tiene los electrolitos necesarios y podría empeorar la deshidratación si sustituye a las SRO.
Prevención de la diarrea: Hábitos que marcan la diferencia
A lo largo de estos años he establecido rutinas que ayudan a prevenir episodios de diarrea:
- Lavado de manos riguroso: Especialmente al llegar a casa y antes de manipular alimentos
- Correcta manipulación de alimentos: Evitar contaminaciones cruzadas, refrigerar adecuadamente
- Lactancia materna: Proporciona anticuerpos que protegen contra patógenos intestinales
- Vacunación contra rotavirus: Ha reducido drásticamente los casos graves
Desde que Emma comenzó la guardería, establecimos un ritual de lavado de manos nada más entrar en casa. Lo convertimos en un juego con una canción inventada, y ha funcionado tan bien que ahora Lucas y ella compiten por quién lo hace mejor, ¡enseñando a Mateo!
La diarrea según la edad del bebé: Particularidades importantes
La diarrea presenta características y riesgos diferentes según la edad:
En recién nacidos y menores de 3 meses:
- Mayor riesgo de deshidratación: Pueden deshidratarse en cuestión de horas
- Consulta médica inmediata: Cualquier cambio significativo en las deposiciones requiere evaluación
- Predominio de causas no infecciosas: Las alergias alimentarias o intolerancias son causas frecuentes
Con Mateo fuimos especialmente cautos durante sus primeras semanas. Cualquier cambio en sus deposiciones nos llevaba a consultar con el pediatra, quien nos tranquilizó explicándonos los patrones normales de un bebé amamantado.
En bebés de 3 a 6 meses:
- Inicio de alimentación complementaria: Puede causar cambios en las deposiciones
- Mayor exposición a patógenos: Especialmente si asisten a guardería
- Dentición: Coincide con la erupción de los primeros dientes
Emma comenzó con alimentación complementaria justo a los 6 meses, y recuerdo la confusión al intentar distinguir entre deposiciones normales por los nuevos alimentos y verdadera diarrea.
En bebés de 6 a 12 meses:
- Exploración oral: Se llevan todo a la boca, aumentando el riesgo de infecciones
- Alimentación más variada: Más posibilidades de intolerancias o reacciones a alimentos
- Mayor movilidad: Acceden a más lugares y superficies potencialmente contaminadas
Cuando Lucas comenzó a gatear, se convirtió en un experto en encontrar precisamente aquello que no debía llevarse a la boca. Reforzamos la limpieza del suelo y establecimos zonas «seguras» para su exploración.
Experiencias reales: Cómo manejamos la diarrea en mi familia
Os comparto algunas experiencias personales que pueden resultaros útiles:
Con Lucas, mi primer hijo, recuerdo un episodio de gastroenteritis a los 9 meses que coincidió con un viaje familiar a Alicante para visitar a mis padres. Pasamos dos noches sin dormir, alternándonos Miguel y yo para darle pequeñas cantidades de suero cada 10 minutos. La angustia de estar lejos de nuestro pediatra habitual se sumaba al cansancio. Aprendimos a preparar un «kit de viaje» con SRO, probióticos y el teléfono del servicio de urgencias pediátricas de cualquier destino.
Emma desarrolló una tendencia a episodios de diarrea durante la dentición. Nuestro pediatra nos explicó que, aunque no hay evidencia científica concluyente, muchos niños presentan este patrón. Aprendimos a estar preparados cada vez que notábamos los primeros signos de un nuevo diente: mejillas rojas, babeo excesivo y el inevitable mordedor constantemente en su boca.
Con Mateo, la semana pasada tuvimos un susto cuando presentó diarrea con moco tras introducir el huevo en su alimentación. Suspendimos inmediatamente este alimento y consultamos con el alergólogo pediátrico, quien nos indicó cómo reintroducirlo más adelante de forma controlada para determinar si fue una reacción alérgica o una coincidencia.
Un recurso que desarrollamos en casa es nuestro «rincón de hidratación»: una bandeja con vasos de diferentes colores, pajitas divertidas, jeringas orales (sin aguja) decoradas con pegatinas, y hielo en moldes de formas variadas. Esto hace que los niños mayores vean la hidratación como algo divertido durante episodios de diarrea, y facilita administrar líquidos a los más pequeños.
Durante los veranos valencianos, somos especialmente cuidadosos con la conservación de alimentos. Después de una intoxicación alimentaria que afectó a toda la familia tras un picnic en la playa, hemos invertido en neveras portátiles de calidad y acumuladores de frío que garantizan que la comida se mantiene a temperatura segura incluso en los días más calurosos.
Mitos y realidades sobre la diarrea infantil: Lo que he aprendido
A lo largo de estos años he escuchado muchos consejos, algunos útiles y otros no tanto:
Mito 1: «Hay que dejar el estómago en reposo durante 24 horas»
Realidad: Las recomendaciones actuales indican reanudar la alimentación normal lo antes posible. El ayuno prolongado puede debilitar más al niño y retrasar la recuperación.
Mi madre insistía en este «reposo digestivo» cuando Lucas tuvo su primera gastroenteritis, pero nuestro pediatra nos explicó que este enfoque está obsoleto.
Mito 2: «Los lácteos empeoran siempre la diarrea»
Realidad: Si no hay intolerancia a la lactosa secundaria, no es necesario eliminar los lácteos. En bebés amamantados, la lactancia debe continuar sin restricciones.
Con Emma, temporalmente eliminamos los yogures durante una gastroenteritis por consejo de mi suegra, pero el pediatra nos indicó que podíamos haberlos mantenido, ya que los probióticos naturales del yogur pueden incluso ser beneficiosos.
Mito 3: «La manzanilla es tan efectiva como el suero de rehidratación»
Realidad: Las infusiones o remedios caseros no contienen los electrolitos en las proporciones adecuadas que necesita un niño con diarrea. Siempre es preferible usar soluciones de rehidratación oral formuladas específicamente.
Una amiga del grupo de madres preparaba «suero casero» con agua, sal y azúcar. Le expliqué amablemente los riesgos de no tener las proporciones exactas, especialmente en bebés pequeños.
Mito 4: «Si las heces vuelven a ser formadas, ya está curado»
Realidad: La recuperación completa del intestino puede llevar días o semanas, aunque las deposiciones parezcan normales. Es importante mantener una alimentación cuidadosa y la hidratación adecuada durante este periodo.
Con Lucas cometimos el error de volver demasiado rápido a su dieta normal cuando sus deposiciones mejoraron, lo que provocó una recaída. Desde entonces, hacemos transiciones más graduales.
Como siempre digo, cada niño es un mundo, pero espero que mi experiencia con Lucas, Emma y el pequeño Mateo os sirva de guía. La diarrea en bebés, aunque preocupante, suele resolverse favorablemente con los cuidados adecuados.
Cuéntame en los comentarios cómo habéis manejado vosotras los episodios de diarrea de vuestros pequeños, ¡siempre aprendo tanto de vosotras! Y si tenéis algún remedio casero que os haya funcionado bien (y que haya sido aprobado por vuestro pediatra), estaré encantada de conocerlo.