¿Puede una madre lactante comer mariscos? Todo lo que debes saber

Recuerdo perfectamente aquella cena familiar en la playa de la Malvarrosa. Era verano, Mateo tenía apenas dos meses y yo llevaba semanas con un antojo terrible de una buena paella de mariscos. Mientras todos disfrutaban, yo dudaba si podía permitirme ese capricho estando en plena lactancia. ¿Los mariscos afectarían a mi leche? ¿Le sentarían mal a mi bebé? Después de tres hijos y muchas consultas con profesionales, hoy quiero compartir todo lo que he aprendido sobre el consumo de mariscos durante la lactancia materna.

Mariscos durante la lactancia: ¿Qué dicen los expertos?

Según mi pediatra del Centro de Salud de Benimaclet, la Dra. Ferrer, los mariscos no están prohibidos durante la lactancia. De hecho, son una excelente fuente de proteínas, minerales y ácidos grasos omega-3, beneficiosos tanto para la madre como para el desarrollo del bebé.

La Asociación Española de Pediatría también confirma que, a diferencia del embarazo donde hay más restricciones, durante la lactancia podemos consumir mariscos siempre que:

  • Estén bien cocinados (nunca crudos)
  • Sean frescos y de calidad
  • Se consuman con moderación
  • Provengan de fuentes confiables

Mi matrona del Hospital La Fe me explicó que las restricciones del embarazo se deben principalmente al riesgo de listeriosis y otras infecciones, pero que la lactancia no implica los mismos riesgos para el bebé.

Beneficios de los mariscos para madres lactantes

Después de investigar y consultar con la nutricionista que visité tras el nacimiento de Mateo, descubrí que los mariscos aportan nutrientes especialmente valiosos durante la lactancia:

  • Rico en yodo: Fundamental para el desarrollo neurológico del bebé.
  • Excelente fuente de proteínas: Necesarias para la recuperación postparto.
  • Contiene zinc: Ayuda a la cicatrización y fortalece el sistema inmunológico.
  • Aporta hierro: Previene la anemia, tan común en madres lactantes.
  • Omega-3 DHA: Contribuye al desarrollo cerebral y visual del bebé a través de la leche materna.

Con Lucas, mi primer hijo, evité casi todos los mariscos durante la lactancia por miedo y desinformación. ¡Cuánto me arrepiento ahora! Con Emma y Mateo he sido más flexible y he disfrutado de los beneficios de una dieta más variada.

Mi experiencia personal con los mariscos durante tres lactancias

La primera vez que me atreví a comer mariscos durante la lactancia fue cuando Emma tenía unos tres meses. Recuerdo que mi suegra preparó una fideuà valenciana con sepia y gambas. Comí con moderación y observé atentamente a mi bebé durante las siguientes 24 horas.

Para mi sorpresa, Emma no mostró ningún cambio en su comportamiento, ni alteraciones digestivas, ni rechazo al pecho. Esa experiencia positiva me animó a introducir gradualmente más mariscos en mi dieta.

Con Mateo he sido mucho más confiada, aunque siempre siguiendo algunas precauciones básicas que he ido aprendiendo:

  • Compro el marisco el mismo día que lo voy a consumir, generalmente en el Mercado Central de Valencia
  • Siempre lo cocino completamente
  • Empecé con pequeñas cantidades para observar posibles reacciones
  • Evito mezclar diferentes tipos de mariscos en una misma comida al principio

5 Tipos de mariscos especialmente beneficiosos durante la lactancia

No todos los mariscos son iguales en términos nutricionales. Estos son los que más he incorporado durante mi lactancia con Mateo:

  1. Mejillones: Increíblemente ricos en hierro y vitamina B12. Los preparo al vapor con un poco de limón y perejil.
  1. Gambas: Excelente fuente de proteínas y muy bajas en grasa. Perfectas a la plancha con un poco de ajo y aceite de oliva virgen.
  1. Almejas: Aportan zinc y vitaminas del grupo B. Las hago en salsa marinera suave.
  1. Sepia: Rica en proteínas y baja en calorías. La incorporo en arroces o a la plancha.
  1. Berberechos: Buena fuente de yodo y hierro. Los preparo al vapor o en conserva de calidad.

Como comentamos en nuestro grupo «Madres Unidas Valencia», es importante variar y no consumir siempre el mismo tipo de marisco para beneficiarnos de diferentes nutrientes.

¿Cómo saber si los mariscos afectan a tu bebé? Señales a las que debes estar atenta

Aunque la mayoría de los bebés no muestran reacciones adversas cuando sus madres consumen mariscos, es importante observar posibles señales de intolerancia o alergia:

  • Irritabilidad inusual: Si tu bebé está más inquieto o llora más de lo normal.
  • Cambios en las deposiciones: Diarrea o heces con moco o sangre.
  • Erupciones cutáneas: Manchas rojas, eczema o urticaria.
  • Síntomas respiratorios: Congestión, tos o dificultad para respirar.
  • Rechazo al pecho: Si nota un sabor diferente en la leche y la rechaza.

Con Lucas nunca lo probé, con Emma no noté ninguna reacción, pero con Mateo observé que cuando comí una parrillada de mariscos muy condimentada, estuvo algo más inquieto durante unas horas. No estoy segura si fue por los mariscos en sí o por las especias.

Errores comunes al consumir mariscos durante la lactancia y cómo evitarlos

A lo largo de mis tres experiencias con la lactancia y conversando con otras madres valencianas, he identificado algunos errores frecuentes:

  • Consumir mariscos crudos: Ni sushi, ni ostras crudas, ni ceviches durante la lactancia. El riesgo de contaminación no vale la pena.
  • No controlar la frescura: El marisco debe oler a mar, no a «pescado». Si huele fuerte, mejor descartarlo.
  • Excederse en la cantidad: Como dice mi abuela, «de lo bueno, poco». Un consumo moderado 2-3 veces por semana es suficiente.
  • Preparaciones muy condimentadas: Los ajos, guindillas y especias pueden alterar el sabor de la leche y causar malestar al bebé.
  • Olvidar la procedencia: Intento consumir marisco del Mediterráneo, evitando especies de zonas contaminadas o con alta concentración de metales pesados.

El verano pasado, en una cena con amigos, me ofrecieron ostras frescas. Aunque me encantan, las rechacé por precaución. No merecía la pena arriesgarme a una intoxicación estando amamantando a Mateo.

¿Qué hacer si sospechas que tu bebé reacciona al marisco?

Si tras consumir mariscos notas algún cambio en tu bebé, te recomiendo lo que a mí me aconsejó mi pediatra:

  1. Elimina temporalmente los mariscos de tu dieta durante 2-3 semanas.
  1. Lleva un diario de alimentación para identificar patrones entre lo que comes y las reacciones de tu bebé.
  1. Reintroduce gradualmente un tipo de marisco cada vez, en pequeñas cantidades, observando la reacción.
  1. Consulta con el pediatra si observas reacciones claras y persistentes.
  1. No elimines grupos enteros de alimentos sin confirmación profesional, ya que podrías comprometer tu nutrición.

Recuerdo que una madre de mi grupo de lactancia eliminó el pescado y el marisco de su dieta durante meses porque creyó que causaban cólicos a su bebé. Cuando consultó con un especialista, descubrió que probablemente era la cebolla cruda lo que provocaba el malestar, no los productos del mar.

Mariscos y lactancia: mitos y realidades

Hay muchas creencias populares sobre los mariscos durante la lactancia que generan confusión:

Mito: Los mariscos secan la leche.
Realidad: No existe evidencia científica que respalde esta creencia. De hecho, su aporte nutricional puede favorecer una lactancia saludable.

Mito: Si como mariscos, mi bebé será alérgico.
Realidad: Estudios recientes sugieren que la exposición temprana a alérgenos a través de la leche materna podría incluso proteger contra futuras alergias.

Mito: Los mariscos de congelador no son seguros durante la lactancia.
Realidad: El marisco correctamente congelado y descongelado es perfectamente seguro y mantiene gran parte de sus propiedades.


Mamás, la lactancia no tiene por qué ser un período de privaciones y miedos. Con información adecuada y sentido común, podemos disfrutar de una alimentación variada que incluya mariscos, beneficiándonos de sus nutrientes y sabores.

Mi consejo tras tres lactancias es escuchar a tu cuerpo, observar a tu bebé y consultar con profesionales antes de eliminar alimentos de tu dieta. Y por supuesto, disfrutar de vez en cuando de una buena paella valenciana con todos sus mariscos, ¡te lo has ganado!

Si tienes experiencias con el consumo de mariscos durante tu lactancia o dudas específicas, me encantaría que las compartieras en los comentarios. Pronto publicaré sobre cómo incorporar la cocina tradicional valenciana a la dieta de la madre lactante.

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